-"Tranquila todo irá bien" Él lo juraba, lo decía con tal realismo que hasta yo me lo creía. Palabras, ahora sé que se las lleva el viento, con el mínimo soplido. Luego... ni se atrevió a decir "ésto se acabó".
¿Y qué pasa ahora? ¿Por obligación, me tengo que quedar llorando en la cama, mientras miro por la ventana, al lado del teléfono? No, gracias. No digo que no lo vaya ha hacer,  sólo que no quiero. Mi tiempo se fué con tu despedida, no fuiste capaz de compartir conmigo un simple adiós.